La Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo realizada en Río de Janeiro en 1992, también
conocida como Cumbre de Río, marcó un hito importante que posicionó el
desarrollo sostenible y dio pauta a la creación de políticas para la
conservación del medio ambiente y la participación ciudadana. Resultado de esta
Conferencia se obtuvieron importantes instrumentos como la Convención de
Diversidad Biológica, el Convenio Marco de Cambio Climático y la Agenda 21.
Después de 20 años, durante este mes
de junio, se realiza Río+20. Sin duda es una gran oportunidad para avanzar en
los compromisos entre Estados y la sociedad global que nos permitan enfrentar
los retos del cambio climático y asegurar un verdadero desarrollo sostenible.
Uno de los principales planteamientos de
la Cumbre Rio+20 es la renovación del modelo de economía mundial hacia una “economía verde” con
vistas a la sostenibilidad y la erradicación de la pobreza. Desde la
visión del PNUMA, la economía verde es una economía con bajas emisiones de
carbono, que utiliza los recursos de forma eficiente y es socialmente
incluyente.
El modelo económico actual no toma en
cuenta el aporte de los bienes y servicios ambientales a la economía, se
subestima su valor y por lo tanto tampoco se contabilizan los daños que genera
el desarrollo económico a este capital natural. Por su parte, la economía verde
reconoce el valor de este capital natural para el bienestar humano.
Mientras Naciones Unidas promueve la
economía verde como un instrumento para lograr el desarrollo sostenible a
través de la inversión en el capital natural, diferentes organizaciones no
gubernamentales ponen en duda este “enverdecimiento” pues no sustituye el modelo
de desarrollo basado en el extractivismo, pretende mercantilizar los servicios
ambientales y no significa un verdadero cambio de paradigma al continuar con un
enfoque de crecimiento económico infinito.
Otros temas prioritarios que se
trataran en la Cumbre son: empleos verdes e inclusión social, energía, ciudades
sostenibles, seguridad alimentaria y agricultura sostenible, agua, océanos, y
reducción de riesgos por desastres.
Las expectativas sobre el cierre de acuerdos
relevantes son bajas debido a la falta de compromiso de los principales países
desarrollados. Ante esto, es mejor ver esta Cumbre no como un momento decisivo
en la historia de la humanidad, si no como una oportunidad de diálogo entre
diferentes sectores y un avance en las negociaciones entre Estados para llegar
a acuerdos internacionales vinculantes.
las grandes potencias no asumen su responsabilidad primaria. Lo que plantean es que los costos de la crisis ambiental, por ser planetaria, los tenemos que asumir todos por igual. Países pobres, en desarrollo y ellos. Cuando son ellos los que han causado esta crisis ambiental.
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